viernes, 16 de mayo de 2008

DESPEDIDA


Dedico este tema a una de las pocas personas que supo comprenderme hasta el último día de verla. Hasta mañana, Diana.


Estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación.


Lo prometido tarde llega, pero llega.

Con tantos problemas descuidé el principal que atañe hoy mi vida, que es el de haberme despedido de una persona muy especial para mí. Su nombre es Diana y recordando las vivencias que tuve con ella me animé a escribir.

La conocí hace no más de tres años (un 17 de junio del 2005) y bastó solo una mirada para darme cuenta que hay personas que marcan una vida larga en otras. Las despedidas nunca estuvieron hechas para mí y lamentablemente tuve que vivirlo cuando después de un tiempo de no haber compartido su compañía, tuve que decir adiós a tan agradable persona. Nunca supe pedirle perdón por las cosas que dije, nunca retiré mis palabras de rencor, no supe apreciar las oportunidades de compartir alegrías y hoy me doy cuenta de ello. Tanto cuesta decir perdón aunque sea rebajar un poco el orgullo pero más cuesta el haber vivido en errores y estarlo lamentándolos.

Tal vez nunca más la vuelva a ver pero yo sé que ella temprano leerá estas líneas y por eso solo diré que mis deseos para ella serán los mejores y quizás en otra oportunidad me detendré en su mirada nuevamente y su sonrisa abrigará mis soledades eternas.


Hasta siempre, mi dolce Diana

20/02/03


En esta vida caída para mi destino

me pregunté camino a camino,

por qué me llegó el amor de esa manera

por qué a mí y no a cualquiera.

Mi destino me llegó a contestar,

me dijo que eso no era amor

sólo le oí que debería estar preparado

para el rechazo y el rencor.

Le pregunté por qué me dio tan fría respuesta

si le dije que es amor lo que siento;

se rió en tono burlesca

y hoy me doy cuenta que estaba en lo cierto.

Hoy día estoy solo y pensando

sin que me hable mi destino,

él se fue volando

como voló mi amor al peligro.


De 14 años de vida